Oporto Almacén de noche

Oporto Almacén abrió de noche.





 Esto no solo quiere decir que extendió su horario, sino que agregó una carta completamente nueva. Leer las opciones te da ganas de probar todo, absolutamente todo. No es solo el imaginario, sino que cuando llegan a tu mesa, la sorpresa y el sabor no decepcionan.
Empezamos con unas tostadas de pan casero y dos tipos de mantecas distintas. El mozo nos recomendó empezar por la de ciboulette por su sabor más suave, y continuar con la de anchoa por su poder.
Seguimos con dos platillos de la rotisería, unos hongos a la provenzal, tiernos y con una dulzura que uno puede encontrar en Oporto -una dulzura que lo caracteriza sutilmente, pero que no invade- y el pulpo, diosito querido(perdonen), el pulpo es increíble, cocinado al vacío por siete horas logra que quede con textura mantecosa de lo suave que es. Impresionante.
Y después pasamos al segundo highlight de la noche, la hermosa (adjetivo que se merece) anchoa curada con cebollas a la crema, con esa dulzura característica, la anchoa tiene una textura extremádamente ligera, casi trasparente.
Luego, por unas berenjenas a la parmesana con una pequeñita ensalada, que van bien juntas. Y seguido vino la sopa del día, en este caso, sopa de brócoli trufado. La proción perfecta, y el gusto sutil que delata los buenos productos, como el aceite de oliva que la rociaba.
Recién ahora pasamos a los platos principales, los canelones de seso, acelga y pollo, que vienen en una porción de tres. Y el conejo frito con risotto de pimientos verdes. El conejo, me cuenta luego el chef Tomas Di Lello, lo cocinan al vacío entero, se desmenuza, se "comprime" y se fríe. Los pimientos no son fuertes, y le dan una frescura al plato que de otra forma no tendría. El risotto esta en su punto (cosa que aprendí gracias a Pietro Sorba).
Finalmente, y mi último preferido de la noche, el postre de membrillos frescos con un almíbar denso, el cremoso de cuartirolo y una garrapiñada crocante. Mágico, y con eso digo todo.

Nunca está demás llevarte un souvenir a la salida, y comprarte un pote del paté que hacen todos los días. TAN RICO que los odiadores, como yo, del hígado hierroso no tendrán palabras, ni tiempo, para describir lo bueno que es.

Oporto almacén de noche, me encanta.

Limonada de maracuyá, las mantecas y las tostadas


El pulpo y los hongos



La anchoa curada



La sopa





Las berenjenas

Los canelones


El plato de conejo


El postre de membrillos



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Hola! Soy Oli. Me gusta comer, viajar, y comer (entre otras cosas).