Omakase



Omakase fue una gran experiencia. No habiendo experimentado nada parecido la hace única. Que el Sushiman, en este caso Chef Fabián Shiizu, nos de lo mejor del día es una cosa maravillosa.

El lugar en sí, es un primer piso, por la que se entra a través de un "pasadizo secreto", es decir una pared que en realidad es una puerta. Se sube unas escaleras blancas a un salón blanco con mesas y barra de madera, donde entrarán 20 personas, pero llegamos y está vacío. A nosotros nos toca en la barra, donde empezamos a hablar con Andrés. Yo le hago preguntas del tipo ¿Estás contento acá? Me dice que sí, que es otro tipo de situación y otro contacto el que tiene con los clientes, como que hay que romper una barrera al principio.
Fabián además de preparar la comida para todos los comensales del primer piso, prepara algunos para la planta baja. Y además de esto te atiende, te cuida, se ocupa de que estés siempre cómodo y contento, pero sin ser pegajoso, todo lo contrario, con mucho respeto. Así que mientras uno come, lo ve moviéndose a la velocidad de la luz.


Fabián nos pregunta cuáles son nuestras preferencias, y si tenemos alergia a algo en especial.
Ahí es cuando empieza a trabajar.






 Nos trae un plato de sashimi, con un equilibrio visual y estético increíble. Salmón, besugo, calamar, y vieiras con un poquito de gengibre y ciboullete. Es de una frescura y delicadeza impresionante, un plato hermoso.



 Después vino con un tartar de salmón, palta, y masa philo crocante. Bañado con una salsa de soja y lima. 

Demás está decir que no quedo nada en el plato, ni una masita philo.






 Seguimos con dos tiraditos. El primero, de lenguado acevichado. Salsa de aji amarillo, con chips de ajo, lima, y pimienta japonesa. Mucho amor.




 El segundo, pulpito al olivo. Tan tierno el pulpo. Este plato fue muy impresionante.




EL niguiri de centolla y salmón con pimienta. Centolla en vez de arroz, y la misma salsa del tartar, recubriendoló. Inolvidable. 





Siguió el niguiri de salmón, con salsa teriyaki, cocinado con soplete por 5 segundos o menos, con el gajo de lima que te explota en la boca.





Roll apanado individualmente y frito, con salsa teriyaki. Por dentro tenía langostino, queso philadelfia, y palta. Se imaginarán mi emoción. 




Y este. Este me voló la cabeza. por dentro es el mismo roll de arriba. Pero por fuera, tiene incrustados los chips de langostino que se consiguen en el barrio chino. Que son como redondelitos medio de plástico y de colores, que al meterlos en el aceite caliente se inflan cual pochoclo en milésimas de segundo.
Todo esto, bañado en la increíble salsita de rocoto. Recomendación: comerlo así como está, sin mojarlo en salsa de soja.









De postre: Creme brulée, "sopleteada" enfrente nuestro. Con chaucha de vainilla! Se veían los puntitos negros delatores. ♥ La mousse de chocolate es una mezcla perfecta de dulzor y cremosidad, con muy poca humedad, lo cual hace que sea de una densidad hermosa.





Fabián, moviéndose a la velocidad de la luz. Esta cena fue un sueño.




Club M Omakase http://www.bardumarchepalermo.com/


 

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Hola! Soy Oli. Me gusta comer, viajar, y comer (entre otras cosas).