Primera entrada:
No hay nada que me haga más feliz que la comida. Mentira, viajar me hace feliz, viajar y comer bien, mejor todavía. Me gusta planear salidas en los viajes que tengan que ver con la comida. Por ejemplo, mi último viaje fue a Nueva York y cada vez que salíamos de excursión, por así decirlo, yo tenía que tener una garantía de que iba a comer rico… ahora que me leo sueno bastante “aparato”, pero es así. Y uno no puede desperdiciar un almuerzo o cena, en un viaje sobretodo, comiendo un sandwich de jamón y queso barato, con moho, en algún chiringuito insalubre, y con esto no me refiero a la famosa “street food” en la que uno puede encontrar manjares increíbles, sino el chiringuito que vende “morondongo” porque a eso no se le puede llamar alimento, o por lo menos no me gustaría llamarlo así. En fin uno solo compra el morondongo porque es barato y piensa que para comer rico, afuera, tiene que gastar mucho más, haciendo la diferencia.
Como tuve el lujo de viajar con mis padres y no preocuparme en cuantas monedas tenía en mi bolsillo para gastar en alimento, intenté sacarle todo el jugo posible. Esto tampoco quiere decir que los obligaba a llevarme a comer a lugares carísimos… bueno, se puede decir que si los hice gastar más dinero en comida que en otras cosas.
Aunque me encanta que me preparen lo que voy a ingerir, y sobretodo si es rico, no estoy diciendo que para que uno coma rico debe comer afuera, porque la segunda cosa que propongo es que uno se aventure, que uno haga lo que tenga ganas de comer, o que simplemente pueda hacer algo rico con una heladera casi vacía… lo cual no siempre es posible debo admitir.
Otra de las cosas es, que no le voy a mentir a nadie, no me voy a hacer la gourmet snob, porque la verdad es que bien sé que me gusta lo artificial, y que de vez en cuando me encanta darme una panzada de cualquier porquería que encuentre, incluyendo a Mc Donalds (¡OH HEREJÍA!)
En síntesis, me gusta comer y cocinar, y a lo largo de este blog, intentaré que semanalmente ponga entradas de lugares que me gustaron donde comí rico, lindas fotos sacadas por mi, y sino avisaré. Y recetas traducidas, fáciles, algunas rápidas y otras no tanto, pero nada de medidas en onzas o sistema de timbuctú que haga que uno las deje guardadas en un cajón para no hacerlas nunca.
Me gusta comer, y cocinar, y escuchar música, y otras cosas que no se me ocurren. AH! Tengo un perro que se llama Fortune Cookie y... nada, chau a mis lectores imaginarios, y a los reales les regalo una papa.